Dios le bendiga a todo hermano y hermana que a través de esta página web puedan leer o escuchar mi testimonio de llamamiento al ministerio de los 45 años que he cumplido en este mes de Septiembre del 2024, sea de una bendición para cada creyente, para cada hermano, para cada hermano presente, para cada joven que en un momento determinado, si se siente el llamado de Dios puede tener una seguridad en su corazón que es Dios llamándolo. Y cuando Dios llama no al hombre, no a la iglesia, Dios siempre cumple Su Palabra.

 

Hasta el año 1979 colaboré, trabajé como copastor, como síndico, como diácono, como un trabajador más en la obra misionera, trabajando en aquellos lugares de Talca y Llolleo y también el fundo La Princesa.​ Quiero decirles que terminando o comenzando el año 79 nos encontramos nosotros en Santiago de Chile con un problema que nuestra congregación, nuestra iglesia que habíamos construido en La Palmilla se hizo chica y el grupo iba creciendo, desarrollándose. Fue que nuestro hermano Pastor Labrín, un anciano que recibió el mensaje el 71 y fue él que trajo el mensaje a Santiago. Me comunica que era el tiempo que ya me hiciera cargo de Carrascal. 

 

Bueno, siendo un joven de 29 años y como nunca había querido estar frente de una iglesia, le dije, bueno, si es de Dios, Dios me habla, lo voy a hacerlo. Me vine a Carrascal a trabajar con la familia José Tobar, su hermana Charito, que hasta el día de hoy está con nosotros, sus hijos, que llegaron a ser 11 hijos y nuestro hermano Pedro Tobar.

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Empecé a trabajar con ellos y en este llamamiento que Dios hizo, yo trabajaba en el campo, trabajé en el campo de los 12 años hasta el año 93, o sea, del 62 al año 1993, trabaje segando Totora o Batro como se llama, que es un trabajo que se trabaja de los meses de Enero a Mayo, a Junio lo máximo. Entonces se trabaja en agua, segando todo el día, me quedaba a dormir, hacía mi cama o mi campaña, debajo de un espino y en uno de esos días, Dios, sabiendo la preocupación que tenía, en una noche mirando hacia el aeropuerto, estaba trabajando en Noviciado, vi una Luz que surgió, que se corrió, pero luego que vi esa Luz que iba como girando, corriéndose, moviéndose, sería satélite, sería no sé lo que sería, pero de repente una Voz sentí en mi corazón, "te voy a visitar esta noche".

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Ah, dije yo, mire, estoy solo durmiendo aquí en este campo, trabajando, estas medio loco, chiflado. Bueno, me quedé dormido y de repente me encuentro que vengo bajando del cielo y estoy arriba del espino y estando arriba del espino era como una pelota mediana, pero lleno de colores de rayos saliendo por todos lados y miraba y era yo dentro de esa pelota y miraba hacia el espino abajo donde estaba durmiendo el que está hablando y este ser no quería entrar en este cuerpo hasta que de un momento determinado entró y mi corazón se hinchó de gozo, de alegría, de contentamiento, fue algo muy maravilloso, esa experiencia sobrenatural que vino a mi cuerpo.

 

Me levanté ese día como a las 5 de la mañana cuando ya las diucas en el campo están cantando, los pajaritos, preparé mi desayuno, contento, alegre, trabajé ese día jueves muy contento, muy alegre con la experiencia y el atardecer del día jueves, le dije yo: "Señor", andaba juntando leñitas para hacer fuego y para cocinarme para el otro día, le dije "Señor anoche me bajaste, me visitaste, es tremenda la experiencia, es maravilloso, pero tú no me hablaste señor y yo quiero que tú me hables para saber si debo seguir predicando la palabra o trabajando como pastor ahí en la iglesia de carrascal". 

 

Quiero decirle que como Dios siempre habla nunca nos va a dejar a media, sentí una Voz no le digo si la sentí por la cuenca donde estaba trabajando o dentro de mi corazón, pero algo me estremeció cuando una voz me dijo: "¡Predica mi palabra!".

 

Oh! yo me sentí el hombre más contento porque sentí esa voz como el trueno que habló mi hermano y imagínese yo teniendo 29 años. Ahora tenía la seguridad que podía seguir predicando, podía estar a cargo al frente de una iglesia, podía desarrollar lo que Él iba a hacer y fue algo tremendo hermano. 

 

Algo que yo quisiera explicarle a todos los hermanos, hoy día tengo 74 años voy caminando por los 75 y quiero decirles que que Dios bajó en ese momento y Él no me dijo que yo era pastor, no me dijo que yo era evangelista, no me dijo que yo era maestro, no me dijo que yo era profeta, lo único que dijo Él predica mi palabra.

 

Y del 79 el día viernes trabajé en mediodía, llegué a mi casa me bañé y luego lo presentamos en el culto y el primer mensaje que predique el día viernes después de lo que Dios me ha hablado el día anterior, predique:  "Adán, Adán, ¿dónde estás tú?" fue una cosa maravillosa tremendo.

 

Y de ese día el 79 hemos trabajado en este lugar de Carrascal haciendo la labor de pastor yo no digo que soy pastor, pero hoy día hay una iglesia establecida, Dios me ha permitido y Dios me ha dado hermanos y hermanas, trabajadores que han creído La Palabra y han trabajado por el lugar y el lugar está hermoso hoy día, lo hemos terminado y quiero dar las gracias a Dios quizás seremos 300 hermanos o quizás un poquito más, no lo sé, no lo he contado pero quiero decirle a todos los que se congregan con nosotros en Carrascal y a todos los hermanos del mundo que a veces han mandado una ofrenda para Carrascal, una ofrenda para Lanco, Osorno o lugares así donde hemos estado trabajando.

 

Quiero decirles que Dios ha sido grande y maravilloso esta obra que está hecha no está hecha por el hombre sino que soy un fiel creyente de que el Ángel de Dios, sus ángeles, Él los envió para dirigirnos, para corregirnos, para enderezarnos y vemos que Su Palabra se ha cumplido al pie de la letra.

 

Y al mandar a Dios un profeta en esta edad, puedo decirle con todo mi corazón que la mejor bendición que ha dado para la generación de este tiempo el fin es mandarnos un profeta, revelar una escritura, meternos dentro de la escritura y hacernos ver que Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos.

 

Y como dijo nuestro hermano Salomón he entendido que todo lo que Dios hace eso será perpetuo sobre aquello no se añadirá ni de ello disminuirá y ya se lo dio para que delante del tema los hombres luego el verso 15 dice: "aquello que fue ya es y lo que ha de ser fue ya", si Dios hizo una cosa en el pasado es porque en el presente la está haciendo y lo que Dios va a hacer en el futuro ya lo hizo en el pasado ahora vemos Lucas 17 30 que están diciendo cómo será estas cosas, esto acá y le dijo será como los días de Noé, será como los días de la mujer de Lot, le están preguntando cómo será su segunda venida y él lo está llevando a la primera venida.

 

Dios no cambia, Dios no falla porque Dios es quien escribió esta biblia y tomó estos 40 hombres en un periodo de nuestro hermano Moisés a nuestro hermano Juan, 1.600 años se tomaron estos 66 pergaminos que llamada la biblia el libro profético más permanente y todo lo que en ella está escrito no se le puede añadir ni se le puede quitar, solamente necesitamos hoy día ser dirigido, guiados por el Espíritu Santo.

 

Dios le bendiga a todos los hermanos a todas las hermanas principalmente a los hermanos predicadores jóvenes que Dios les dé una experiencia sobrenatural en sus corazones y sepan que no están predicando para una iglesia, no están predicando para un hombre, estamos predicándole la palabra de Dios, que Dios ha colocado en nuestros corazones para los creyentes.

 

Y una cosa muy importante no debemos olvidarnos que usted no es el Pastor de la iglesia, el Pastor de la iglesia es el Espíritu Santo el obispo de la iglesia es el Espíritu Santo, Dios dice la biblia en Pedro: "Él no ha vuelto el pastor y obispo de las almas" .

 

Dios está trabajando con almas nosotros humanamente somos parte cumpliendo una parte de Dios en la parte humana, pero Dios es el verdadero Pastor, Dios el que está cautivando personas Dios el que está trayendo la simiente predestinada.

 

No es más grande un hombre que el otro no es más grande una iglesia que otra una iglesia que tenga cinco hermanos una iglesia que tenga 500 hermanos una iglesia que tenga 5.000 hermanos es Dios obrando de acuerdo al tiempo que Dios le ha permitido estar aquí en esta tierra.

 

Dios le ayude, Dios le guarde y sea una gran bendición para todos ustedes se lo dedico este llamamiento al ministerio en el nombre de nuestro señor Jesucristo el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, el Todopoderoso.

 

Shalom Adonai, Shalom pueblo santo, pueblo de Dios. Amén Amén.